AHORROS BIEN CUBIERTOS: LA APUESTA A LARGO PLAZO

Las herramientas financieras que pueden paliar los golpes de una economía agitada vuelven a cobrar peso. Consultores, brokers y aseguradoras analizan la oferta de pólizas de inversión.

 

Con cada año, surge, también, el interrogante acerca de cuál será la mejor herramienta financiera para invertir en los próximos meses. En ese contexto, 2015 aparece como un ciclo particular: a los altos índices de inflación, se le suma el arrastre de un 2014 con caída del crecimiento y la actividad económica, además de los vaivenes de todo año electoral, especialmente, por el impacto del recambio presidencial.
Consultados por Seguros, especialistas, consultores, brokers y aseguradoras analizaron las alternativas del mercado enfocadas en el ahorro y la inversión, las expectativas para los próximos meses y sus posibilidades de desarrollo.
La oferta del mercado asegurador local para este segmento está compuesta por productos de inversión ligados a una cobertura principal, que puede ser un seguro de vida o de retiro.
“Algunos de estos productos combinan un seguro de fallecimiento y la posibilidad de cobrar una renta, o el fondo acumulado, si el asegurado llega con vida a una fecha determinada prevista en la póliza. Hay otros productos que están estructurados sobre una póliza de retiro clásica, por lo que el asegurado, durante la etapa activa, hace sus aportes y, llegada la fecha prevista de retiro, cobra una renta; todo ello sujeto, entre otros factores, a la rentabilidad obtenida en ambas etapas por los activos que respaldan el fondo acumulado”, explica Laura Santanatoglia, socia del estudio jurídico especializado en seguros Allende & Brea.
Asimismo, hay otro tipo de seguros de vida con ahorro ligados a distintos riesgos, de acuerdo a los activos que conforman esas cuentas, para que el asegurado elija cómo distribuir el fondo que va acumulando e, incluso, con la opción de ir transfiriendo sus activos de un riesgo a otro durante la vigencia de esa cobertura. “El asegurado paga un valor que excede la prima de riesgo correspondiente a la cobertura de fallecimiento y puede elegir el nivel de riesgo que quiere asumir con esa porción de ‘ahorro’. Este tipo de productos puede estar nominado en pesos o en dólares y prevé la posibilidad de realizar rescates parciales o totales, con las quitas informadas en la póliza”, completa.
Una de las compañías que exploró este segmento en la Argentina es Zurich, que ofrece tres tipos de alternativas para que los asegurados “puedan planificar su futuro financiero y el de su familia, invirtiendo sus ahorros en fondos acordes a su perfil y sumando beneficios de protección adecuados para cada etapa de su vida”, según Marcelo Castagna, Head of Customer & Distribution de Zurich Argentina.
Las distintas opciones disponibles son las pólizas Invest Advanced, para la que se invierte una suma única inicial, con la posibilidad de realizar aportes adicionales y sumar un seguro de vida y otras alternativas de protección acordes a las necesidades del asegurado. En este caso, la aseguradora ofrece destinar esos aportes a distintos fondos de inversión de nivel internacional.
También, se puede optar por Invest Future o Invest Future Joven, un plan para personas de entre 19 y 40 años, que va acompañando el crecimiento laboral y profesional y las mayores capacidades de ahorro que se van generando. Todas las opciones prevén un retiro anticipado de las inversiones y la posibilidad de ir modificando los instrumentos y sumas de inversión, según las posibilidades financieras de los asegurados.
Según Castagna, “el segmento tuvo un crecimiento sostenido en el tiempo porque es una herramienta que está pensada para el largo plazo”. Sin embargo, considera que para que se pueda avanzar en su penetración “es fundamental que las personas conozcan más acerca de los beneficios de contar con un fondo de inversión”. Y analiza: “Es clave desarrollar más la fuerza de venta.
Paulette Von Wuthenau, broker independiente desde hace más de 20 años, grafica: “Esta opción de proteger a la familia y a uno mismo para el momento en que no se generen ingresos no está difundida en la Argentina. Hoy, solo dos compañías lo desarrollan como su único negocio. Y la cantidad de productores que se deciden a entrar en esta profesión para asesorar en vida individual es reducida en relación al mercado potencial”.
De todos modos, resalta que si bien no hay un hábito de pensar a largo plazo, los que se animan suelen obtener grandes resultados: “Quienes se han despegado de esta tendencia, construyeron un capital para su familia y para sí mismos”, asegura.

PENSAR A FUTURO

Otras compañías, como SMG LIFE, disponen de alternativas a través de sus seguros de retiro colectivos, que buscan cubrir el gap previsional de quienes poseen ingresos por encima del tope máximo de aportes que fija la Anses. A partir de marzo, este límite será de $ 43.202,15, mientras que, para la misma fecha, el máximo beneficio que otorga el organismo estatal en jubilación ordinaria será de $ 27.998,69.
“En estos planes, normalmente, se define un porcentaje del sueldo como aporte. Hasta y desde el tope de seguridad social, la empresa realiza una contribución y el empleado un aporte; en la mayoría de los casos, el matching es uno por uno. Al alcanzar la edad prevista de retiro, el participante se encuentra con un fondo acumulado que le permite comprar una renta o disponer del fondo acumulado”, especifica José Aramburu, gerente Comercial de Brokers, Productores y Corporativo de la compañía.
La aseguradora cuenta con productos individuales con capitalización, en pesos y en dólares: en lo transaccional, la compañía recibe y paga en pesos, pero esos valores se toman al dólar oficial y la póliza va trabajando según la evolución de la divisa. De acuerdo a los últimos datos disponibles, la rentabilidad, a septiembre de 2014, fue de 6% en dólares y de 41,9% en pesos.
Aunque resulten financieramente atractivos, de todos modos, la demanda de estos seguros sigue siendo baja. Para Aramburu, se debe a que “en la Argentina, no existe cultura de ahorro”. “En contraposición con un país más desarrollado, un estadounidense toma un seguro de retiro a los 25 años porque sabe que, cuando se jubile, va a recibir el 40% de lo que generaba en su etapa activa. Asimismo, tenemos un mercado de capitales muy pequeño y la población no tiene conocimientos financieros para generar un portfolio adecuado que le permita tener cierta certeza de un ahorro que compense su jubilación. Esto muestra la escasa participación de los individuos en la demanda de instrumentos financieros para invertir y capitalizar sus ahorros”, concluye.

LA INCIDENCIA DE LA COYUNTURA

Pero, más allá de que el desconocimiento de estas alternativas retrasa su desarrollo local, para los especialistas hay otros factores que inciden en este aspecto. Gabriela Pérez, gerente Senior de Servicios Financieros de KPMG, evalúa que, si bien el seguro de inversión y ahorro en la Argentina es un tipo de cobertura con escaso nivel de penetración en el mercado actual, que ha mostrado un paulatino crecimiento en los últimos años, aún falta un largo camino por recorrer. “Comparativamente con otros países de la región, la penetración de estos seguros se encuentra rezagada. La coyuntura económica, sumada a la falta de incentivos fiscales y de una cultura aseguradora, ha ralentizado el crecimiento y ha mermado la posibilidad de una inserción masiva”, especifica.
Sobre las ventajas fiscales, Lionel Moure, socio líder de la Industria de Seguros de Deloitte, especifica: “Un contribuyente puede deducir en su declaración jurada de Impuesto a las Ganancias un importe de hasta $ 996 al año en primas de seguros de vida. La desgravación no implica un beneficio fiscal directo, sino la reducción de la base imponible de ese impuesto. El ahorro efectivo en este tributo dependerá de la situación de cada contribuyente, pero, en ningún caso, el ahorro anual en el impuesto a pagar será superior a $ 349”.
Si bien la SSN viene trabajando con las cámaras aseguradoras en este aspecto, una de las cuestiones que limita la actualización de las sumas a deducir, que no se modifican desde 1992, es que el Estado perdería entre $ 250 millones y $ 300 millones en recaudación fiscal. “Si bien el beneficio fiscal generaría una baja en la recaudación tributaria, se vería más que compensada con los beneficios que traería para la sociedad y la economía la cobertura de la población y el aumento del ahorro interno”, contrapone Moure.
Diego Nemirovsky, vicepresidente y senior Credit Officer de Moody’s, analiza que, “si bien el muy modesto nivel de incentivo fiscal estipulado para estas coberturas constituye una limitante para su crecimiento”, hay otros factores que pesan más a la hora de explicar el poco desarrollo de estas coberturas. “Es aún más relevante para este bajo nivel de desarrollo la falta de estabilidad monetaria en términos de alta inflación y devaluación de la moneda, ya que un entorno de mayor estabilidad es condición necesaria para logar un aumento sostenible de la demanda de productos con ahorro a largo plazo. En lenguaje llano, un individuo con la posibilidad de invertir a largo plazo en moneda local a través de un seguro pensará 10 veces antes de tomar la decisión, en un contexto en el que resulta muy difícil proyectar su resultado en términos reales”, observa.
“Estos seguros son sensibles a todos los factores coyunturales. Las renegociaciones salariales, el costo de vida y las presiones fiscales afectan directamente el bolsillo de la gente y, con ello, la posibilidad de contar con un excedente monetario para destinar a estos seguros”, coincide Pérez.

EFECTO URNAS

El hecho de que 2015 sea un año electoral genera una presión extra. Santanatoglia vaticina: “Es habitual que, en los años en los que hay elecciones, se genere cierta incertidumbre en la ciudadanía que favorece la contratación de seguros patrimoniales, por sus objetivos netamente resarcitorios, por sobre las coberturas de personas con capitalización y ahorro. Por eso, es esencial incentivar la consolidación de una mayor conciencia asegurativa para que los asegurables perciban al seguro de personas como una herramienta eficaz a fin de minimizar sus riesgos y alcanzar los objetivos de protección, prevención, inversión y rentabilidad asociados a estas coberturas”.
Los años electorales son períodos en los que los agentes económicos toman una posición de wait & see, es decir, se postergan decisiones económicas hasta tanto haya un panorama más claro respecto del rumbo político y económico. “No es de esperar que durante 2015 haya un repunte significativo en la venta de estos productos”, suma Nemirovsky.
En la misma línea, Moure resume: “Las elecciones influyen en las expectativas de los agentes económicos, ya que son la base para ejecutar o postergar decisiones de inversión o de consumo”. En el caso de los seguros de vida de largo plazo que contemplan componentes de ahorro, agrega Moure, su desarrollo requiere de condiciones más complejas asociadas a la mejora en el nivel de vida de la población, el desarrollo del ahorro interno, la estabilidad financiera, entre otros aspectos, los que deben mantenerse sostenidamente en el tiempo para afianzar este tipo de productos.
Aun así, estas coberturas aparecen como un capital interesante para resguardar el patrimonio. “Hemos atravesado todas las situaciones económicas y políticas imaginables, destruyendo el mito de que en nuestro país no se puede planificar. La prueba es contundente. Ya muchos de nuestros clientes han llegado a la edad de retiro y han obtenido el capital que habían planificado”, concluye Von Wuthenau.

Fuente: http://americanbroker.com.ar/ahorros-bien-cubiertos-la-apuesta-a-largo-plazo/

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