Un retiro dorado —llegar a una edad avanzada en plenitud de forma y dedicarse a hacer lo que a uno le gusta— es el sueño de muchos. Un 60% de la población lo anhela, según una encuesta realizada en octubre de 2015 por BBVA (solo el 24% piensa seguir trabajando “toda su vida”). Sin embargo, se habla de que no va a ser fácil.
La ley actual decreta que en 2027 será obligatorio haber cumplido 67 años para poder cobrar la pensión. La Seguridad Social contempla la “jubilación anticipada voluntaria” solo para aquellos que tengan dos años menos y hayan cotizado durante 35; y con una penalización gradual. Para colmo, cunde el pesimismo: ¿habrá dinero en las arcas del Estado para entonces? En medio de la incertidumbre, muchos buscan en determinados productos financieros una insegura tabla de salvación.
Es lo que hay. Sin embargo, si empezamos a planificarlo con inteligencia y anticipación podemos asegurarnos un retiro desahogado. Mejor aún: según analistas internacionales, combinando sagazmente una batería de medidas durante una serie de años podríamos desdeñar la pensión y retirarnos ¡cuando queramos!
El broker estadounidense Wes Moss, autor del libro You can retire sooner than you think (Usted puede retirarse antes de lo que cree), aporta cinco “secretos” para conseguirlo: “Determine para qué quiere el dinero de su retiro; calcule cuánto necesita ahorrar antes de retirarse; liquide su hipoteca en cinco años; consiga tres o cuatro fuentes de ingresos, no solo una; y conviértase en inversor”.
En Estados Unidos, no obstante, disponen de herramientas financieras que no existen aquí (como el 401(k) y el IRA, y que destinan un porcentaje de la nómina —exento de impuestos hasta la retirada de los fondos— a un plan de pensiones del trabajador), así que hemos pedido a expertos nacionales que nos den pistas realistas para afrontar el retiro con la mayor solvencia y premura posibles.
1. Póngase en modo Excel: planifique. Lo primero que hay que hacer es sentarse y elucubrar. “Podemos tener cierta capacidad de determinar cuál puede ser nuestra evolución salarial. También la progresión en lo relativo a gastos, así como de nuestra capacidad de ahorro a medio plazo”, desgrana Miguel Ángel García Brito, asesor financiero independiente y socio de iCapital. Un análisis completo debería incluir, según este experto, “la inflación esperada, rentabilidad de ahorros, evolución de nuestro perfil de riesgo, cambios normativos, esperanza de vida y sostenibilidad del sistema publico de pensiones”. ¿Quién dijo que fuese sencillo?
2. Si va a contratar un producto financiero, busque las claves SDR (seguridad, disponibilidad, rentabilidad). Son las claves de una planificación de éxito. Sin embargo, la mayoría de productos financieros incumplen una o todas. Así las cosas, conviene agarrarse a la más fuerte de las tres. “En un mercado tan cambiante y volátil en el que los conceptos de seguridad y rentabilidad han sufrido una transformación considerable, la disponibilidad [poder retirar el dinero cuando le venga en gana] es un valor en sí mismo nada despreciable. La disponibilidad te permite reaccionar ante contingencias personales, o globales, aprovechando, por ejemplo, oportunidades históricas de los mercados”, señala García Brito.
3. ¿Plan de pensiones? Depende. “Se ha extendido la creencia de que son buenos para todos, y no es así”, opina este asesor. “Son buenos para quien tiene una capacidad de ahorro significativa. Si ahorro al año 6.000 euros, jamás metería 5.000 en un plan de pensiones; si mi capacidad de ahorro es de 50.000 euros, por supuesto que metería 8.000 en uno de estos planes”. ¿Por qué tantas precauciones? Básicamente, porque cojean en lo referente a la disponibilidad y, además, su bonificación fiscal (los impuestos se pagan cuando se retira el fondo) puede darnos algún susto. “En determinadas situaciones, pagaremos más impuestos de los que nos hemos ahorrado”, añade.
4. Divida y vencerá. Un plan de pensiones debería ser, en todo caso, parte de un todo. El asesor de iCapital recomienda diversificar así nuestras inversiones: “Un 20% en planes de pensiones; un 30% en inversiones de renta fija y monetario que cumplan la doble función de estabilidad de mi patrimonio financiero y disponibilidad para aprovechar oportunidades en el mercado, todas ellas fundamentalmente a través de fondos de inversión; un 30% en inversiones de renta variable, buscando rentabilidad en el largo plazo; y un 20% en inmobiliario, bien en la vivienda habitual, bien en segundas residencias o en productos financieros ligados al sector”.
5. En bolsa, piense a lo grande. David Trullás, autor del libro Bienvenido al mundo real de la bolsa (Plataforma, 2016), trader y fundador de Live in Trading, es partidario de decisiones atrevidas, como aprovechar las nuevas tecnologías para invertir en valores internacionales. “Siempre recomiendo acciones de empresas muy grandes: Apple, Walt Disney, Siemens, McDonald’s, Nike… El modo en que sus patrones se repiten facilita el análisis”. ¿Y cómo se hace uno accionista de Nike? “Existen plataformas online como la de Saxo Bank, Ayondo, que es un gran broker alemán, o, en España, Bankinter. Con unas comisiones muy asequibles: estamos hablando de 8 euros por cada 10.000, por ejemplo. Incluso te permiten operar en demo [simular una inversión y apreciar cómo te iría, aunque no sería real]. Con 10.000 puedes hacer cosas muy bonitas”, subraya.
6. Identifique tendencias (como en la moda). ¿Pantalón pitillo o de campana? Pues esto es igual: ¿Farmacéuticas o bienes de consumo? Las oleadas de los mercados afectan a los distintos sectores en conjunto, según Trullás. “Ahora mismo no va ni de bancos, ni de petroleras, ni de farmacéuticas; va de bienes de consumo. Hay que identificar dónde está la fuerza del mercado. Eso se comprueba en cuatro páginas webs de EE UU, y están abiertas al público: por ejemplo, StockCharts.com. Vamos a identificar los sectores fuertes y, dentro de ellos, compraremos los valores con una tendencia más clara”.
7. No deje para mañana… Si de lo que se trata es de planificar nuestro retiro, no espere a cumplir los 60 para idear su descanso. “Mejor empezar con 30 que con 50, pero muy temprano tampoco: es necesario tener cabeza y sensatez. Cuando eres muy joven te dejas llevar por la ansiedad y asumes riesgos muy grandes. Cuanto mayor eres, menor grado de riesgo asumes”, señala David Trullás. Según él, en un mundo ideal cómo manejar nuestros ahorros debería ser una asignatura académica. “Hay que aprenderlo desde pequeños”, sostiene: “Nadie mejor que uno mismo para mover su nómina, y lo mismo ocurre con los ahorros. No requiere una carrera ni muchos años de experiencia; solo cuatro reglas sencillas”.
8. Consulte los gráficos lo menos posible. Con un objetivo tan concreto, operar en bolsa no debe ser sinónimo de pasarnos el día pegados a la pantalla del portátil. “Los gráficos que utilizamos los profesionales cambian cada minuto; si vas a tan corto espacio de tiempo necesitas inversiones muy grandes para sacar una pequeña rentabilidad”, señala David Trullás. “Si vas a gráficos diarios o semanales, en operaciones que se llaman relajadas, a largo plazo, puedes ver la evolución con perspectiva. Entre mis alumnos, las mejores rentabilidades las obtiene gente mayor: dedican menos tiempo, van a medio o largo plazo y siempre rotan su cartera en función de cómo está el mercado”.
9. Despache cuanto antes su hipoteca. ¿Es usted de los que se encuentra maniatado por su hipoteca? Si tiene oportunidad de aligerar su deuda con el banco, juegue las cartas con criterio. “Siempre es mejor reducir el número de mensualidades que la cuota. Imaginemos que quiero avanzar 10.000 euros: ¿me voy a rebajar la cuota 50 euros? No, hombre, no: rebájate meses”, dice Trullás. Con un poco (o toneladas) de suerte, cuando decidamos cortarnos la coleta laboral habremos conseguido que nuestra casa sea, por fin, realmente nuestra.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2016/03/08/buenavida/1457431220_247674.html